Dos mujeres cerraron el tráfico este lunes, en un segmento de la calle Monte, para protestar contra la escasez de agua y la falta de medidas eficaces de las autoridades cubanas.
“Monte entre Suárez y Revillagigedo. Creo que estuvimos una hora y media o dos. El problema es que ya llevamos dos semanas sin agua y no traían ninguna pipa para abastecer. Empezó el niño con fiebre y no tenía agua para darle”, indicó a Martí Noticias Magalis Anglada, una de las que protestó.
Anglada y Maryolis Sarría residen en la calle Corrales entre Aponte y Factoría, en La Habana Vieja, donde el suministro de agua ha estado interrumpido por más de 15 días.
Anglada relató que antes de la protesta pidió ayuda a la delegada del Consejo Popular de Jesús María y a la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución (CDR)]. “Dijeron que no podían resolver ese problema que tenía que reportar la pipa y esperar casi un mes a que me la trajeran”, explicó.
Las jóvenes, acompañadas de sus hijos pequeños, colocaron pomos y cubos que impidieron el paso de los vehículos en la céntrica arteria capitalina, mientras decenas de personas las contemplaban desde las aceras, sin animarse a incorporarse a la demostración.
“Las gentes estaban apartadas, filmando, y yo gritaba que se unieran porque era un problema de todos, pero nadie se metió”, lamentó Anglada, hija de la activista Arianna Mena Rubio, actualmente en Estados Unidos.
La protesta fue documentada por Enrique Rodríguez Díaz que divulgó el video en las redes sociales.
Muy pronto llegaron al lugar agentes de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) que trataron de impedir la acción cívica, quitando los envases vacíos de la calle, mientras las mujeres volvían a ponerlos en el lugar.
“Al principio, intentaron quitar las cosas, un poco como mala forma y amenazaron con llamar a la perseguidora con 15 mujeres para echárnoslas, pero nosotros dijimos que no nos importaba, que no nos íbamos a mover”.
Poco tiempo después, las autoridades municipales autorizaron un camión cisterna para el barrio donde viven las manifestantes.
“Nos fuimos porque habían traído bastantes pipas, como tres más para abastecer a la barriada de Jesús María”, detalló la manifestante.
“Después que estábamos en casa, de momento empezaron a llegar ‘segurosos’, policías intimidándome, hablándome de mis hijos, que me puedo buscar un problema”, precisó.
La interrupción de la circulación vehicular en vías importantes de pueblos y ciudades para demandar agua potable se ha hecho frecuente en la isla, en la que, por años, ha persistido el problema agravado por la crisis energética, la sequía y la escasez de combustible.
Expertos independientes consideran que el régimen requeriría de entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para recuperar el sistema de distribución de agua, impactado por la ausencia de divisas para importar recursos y por décadas de explotación sin mantenimiento.
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